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Pensar en tiempos revueltos

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A propósito de Oscura Lucidez, de Mario Pérez Antolín
(Ed. Baile del Sol, 2015)


En el poema perfecto sobresalen la emoción y la imagen, pero no faltan la idea y el pensamiento. (p.147)

Perdónenme si esta vez no rebuzno ni suelto mis acostumbradas burradas -ya saben, con el toque de humor de La oreja del burro-, pues el libro Oscura Lucidez merece el respeto que solo -y añado: "exclusivamente"- los buenos libros deben tener. 



Un libro que bien merece estar entre los grandes



No me detendré en sesudas reflexiones, comentarios u análisis que, siendo sincero, de todas maneras quedarán en ridículo frente a la calidad intelectual del libro de Mario Pérez Antolín. Además, Oscura Lucidez viene prologado por Joan Subirats, quien nos regala inmejorables momentos como este:

Se necesita una mezcla de poeta de la quintaesencia y de cirujano de lo supérfluo para realizar esa labor de síntesis y, al mismo tiempo, de reflexión crítica a la que Mario Pérez Antolín nos invita.


Nada de lo que yo quiera o me atreva a decir (porque mi ignorancia es atrevida) va a superar estas chirriantes experiencias que saben a Verdad (sí, en mayúsculas):

Yo sé cuando debo ir a la playa: cuando las gaviotas han sustituido a los bañistas. Como ellas, limpio la porquería de los intrusos; como ellas, me mantengo a una distancia prudencial del peligro; como ellas, lo humano me asusta y me alimenta. (p. 107)







Mucho menos mis bromas y comentarios sabrosos podrán igualar la fina ironía -con máscara de anécdota o apunte de la cotidianidad- con la que Mario Pérez nos advierte de la identidad y de la persona frente a las exigencias de la sociedad...

En las urbanizaciones de adosados, las calles se parecen, los jardines se parecen, las cortinas se parecen, los perros se parecen... Da igual equivocarse de vivienda, seguro que la mujer que sale a recibirte no nota el cambio de marido. (p. 16)

Oscura Lucidez es un libro que rinde tributo al pensamiento y a la reflexión largamente madurada. Y resalto el "largamente", pues se nota que el autor se ha tomado el tiempo necesario para que las ideas cuajen, se asienten y vertebren la "lucidez" que cohesiona el libro, por encima del tan señalado "misceláneo" estilo (que, en opinión de este burrito, es un síntoma de ese estado clarividente).

¿Qué somos? Unos pocos aconteceres que se dejan atrapar por la atención de unos pocos observadores. Tan solo eso, y quizá ni eso. (p. 121)

Una lucidez que es, en el fondo y en la expresión, el resultado de un proceso indagatorio con ribetes místicos (por algo el autor vive en la tierra de santa Teresa de Ávila). De ahí que su escritura se embeba de barroquismos y de una sabiduría obtenida en la profunda "oscuridad" del alma:

El sufrimiento es el precio que hay que pagar por el don de la lucidez. (p. 93)

Conformarse con lo apropiado
y no atreverse a lo inadecuado
es morir por vivir sin vivir. (p.134)


La oreja del burro presente!


Y como todo buen libro merece ser leído, ruego a mis queridos burrilectores que lo compren y lo lean con calma, acompañados de una buena copa de vino (Leer: En el vino está la verdad).

Oscura Lucidez es un libro sumamente necesario en estos tiempos tan veloces como fragmentarios. Pensar debe volver a estar de moda... urgentemente.





Como bien saben, solo recomiendo hasta el cansancio libros con ideas, con propuestas y con exquisita escritura. Oscura Lucidez cumple todos esos requisitos (y, seguramente, me estoy quedando corto).

Desde La oreja del burro le enviamos nuestras felicitaciones a Mario Pérez, de quien esperamos más libros que estén a la altura de Oscura Lucidez o lo superen (si fuera posible).

¡Ah! Y gracias por esta bonita dedicatoria:



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